Elysium describe un inquietante futuro distópico que en muchos aspectos no parece tan lejano o diferente de nuestro presente. En un tiempo en el que mares y océanos del planeta han inundado parcial o totalmente ciudades como Nueva York, Melbourne o Barcelona, la tecnología más puntera proviene de una compañía de viajes interplanetarios. Las estrellas han sido conquistadas y ahora, aquellos que se lo pueden permitir pueden viajar a una nueva dimensión. El último hit en vacaciones virtuales es transferirse a un mundo imaginario elaborado a partir de un detallado mapa del contenido consciente e inconsciente del propio pasajero.

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La obra sigue el viaje de Kelly, que explora temas como el amor y la familia en un mundo utópicamente feliz. Su historia contrasta con la de Georgina, que vive en el mundo real con una condición en el corazón a la que su padre intenta remediar con desesperación, en un tiempo en que el acceso al sistema de salud queda determinado por el poder adquisitivo de cada ciudadano. Mark, jefe de ingenieros en la compañía de viajes, se debate con su consciencia cuando debe tomar una serie de decisiones que permitiran a la empresa hacerse con el monopolio de un mercado duro, competitivo, y también selectivo.

 

Pronto sabremos que la Luna tiene una fisura que ha empezado a desestabilizar a nuestro planeta. A medida que nos acercamos a la catástrofe, sabremos que sólo el 0.01% de la población puede permitirse el privilegio de una transferencia a Elysium. El mismo porcentaje de población que tiene una oportunidad de salvarse. ​

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Elysium fue presentada en el Teatro Romea, dentro del VII Ciclo de Lecturas Dramatizadas organizado por AADPC, AISGE y Fundación Romea. 

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El proyecto está pendiente de producción y abierto a coproducciones y propuestas de programadores y otros agentes.